¿Qué son las relaciones tóxicas? Creo que eso nos lleva también a preguntarnos, ¿qué son las relaciones sanas?
Siempre estamos en esa perpetua dualidad, y es que, en cierta medida, nos movemos en esa constante polaridad… Muy probablemente, la salud mental, cuando vamos creciendo, quizás tenga mucho que ver con adaptarse al entorno y superar esa visión maniquea y un tanto infantil del mundo. El tema de las relaciones tóxicas tiene mucha tela que cortar, por lo que poco a poco iremos abordándolo y aterrizándolo en diferentes áreas.
Pero, ¿qué son las relaciones tóxicas? Parece una pregunta sencilla, aunque si la aterrizamos, no tanto y quizás empezamos a vislumbrar su complejidad. He consultado la RAE, y define tóxico como lo que contiene veneno o produce envenenamiento. Así de escueto… Nos queda seguirle darle forma entonces…:
El veneno produce daño.
El daño en lo físico produce intoxicación, lo cual lleva al organismo a movilizar recursos para recuperar su equilibrio, su homeostasis, la salud. Esto en muchas ocasiones es suficiente, y en otras necesitamos ayuda.
En lo psíquico o en lo mental, lo que nos hace tener consciencia de que ese equilibrio se ha roto es el mal-estar. Lo primero que va a aparecer cuando algo nos produce mal-estar, es la ansiedad, la angustia, estirando un poco… El miedo. Es decir, la primera voz de alarma: Depende de lo “afinado” que tengamos el oído a la hora de escucharnos, para poder-nos hacer caso y cubrir nuestras necesidades, van a ser necesarios más o menos decibelios. Es decir, esa voz de alarma son las sensaciones que producen las emociones que sentimos en el cuerpo. Emoción proviene del francés el e- motio y su sentido tiene que ver con el movimiento hacia, y así es, las emociones nos mueven con dirección a acercarnos o alejarnos, nos aproximan o nos defienden. De ahí que nuestro sentir, nos va a dar pistas sobre si son relaciones sanas o insanas. Las “tripas” justo en el momento, no mienten, otra cosa es que nos contemos o nos cuenten otra historia de la que o bien nos convencemos o no nos queda más remedio que aceptar y dar como válida porque se ponen en juego o bien nuestro equilibrio social, familiar, nuestra pertenencia en el grupo… (Revisa la pirámide de Maslow donde hablábamos de las necesidades, la pertenencia es una de las más básicas, algo fabuloso y por lo que hemos sobrevivido pero, si estás en el sistema, y que para estar, a veces, sacrifica la individualidad)
¿Las personas emocionalmente sanas no sufren?, ¿no tienen ansiedad…? De eso nada, simplemente, están más afinadas, escuchan, hacen conciencia e intentan actuar en consecuencia: lo primero sienten sus emociones, las legitiman, y las regulan de manera eficaz en un plazo más o menos corto y adecuado, pero no es que no sientan, no les pasen cosas o siempre estén en modo Mr. Wonderfull. Hay momentos en la vida que están asociados a crisis, a cambios en los que hay dolor, porque lo que antes servía ya no sirve y ahora toca movilizar recursos para generar una nueva estabilidad, y eso, nos cuesta a todos. Creo que la cuestión es ser conscientes de aceptar el cambio cuanto me va a costar cambiar y cual va a ser el precio de no cambiar, ya que resistirnos, también genera una fricción y por tanto un sufrimiento.