En el blog de cualquier psicólogo no puede faltar uno de los grandes clásicos como éste. En esta ocasión, abordamos lo que nosotros, los psicólogos, llamamos creencias o distorsiones cognitivas.
Cuando nos expresamos, no sólo nos convertimos en un emisor que formula un mensaje a un o unos receptor o receptores utilizando un medio y un código. Hacemos algo más: COMUNICAMOS. Parece una obviedad, pero si nos paramos a reflexionar acerca de lo que esto significa, hay mucha tela que cortar. Siempre va a haber información explícita, es decir, lo que decimos, e información implícita, y es precisamente este, terreno abonado donde si prestamos un poco de atención, podemos ver en su más florido esplendor una amplia gama de distorsiones cognitivas, que todos, unos más y otros menos, y en momentos más o menos puntuales podemos tener.
¿Qué quiero decir con esto? , y, ¿Qué son?
Estos pensamientos distorsionados, no son ni más ni menos que las creencias automáticas que hay ocultas en ese acto de comunicación, es decir la información implícita, que se esconde detrás de aquello que explícitamente transmitimos.
Generalmente, son creencias nucleares, es decir muy arraigadas en nuestro interior, tanto, que funcionan como esquema personales que sustentan otros muchos pensamientos o la interpretación sucesos, emociones y también gran parte de nuestros comportamientos.
Su origen podría ser por transmisión familiar, en el contexto cultural o porque de alguna manera, en algún momento hemos considerado que eran verdades absolutas, es decir, son creencias muy rígidas, y nunca nos hemos parado a cuestionar y hemos ido aceptando como válidas, y, a la vez, son creencias destructivas y dañina, ya que generan mucho malestar y sufrimiento que viene asociado a esa manera de pensar, es como entrar en un callejón al que no le vemos la salida. .. Si descubrimos que forman parte de nuestro estilo de pensamiento habitual… es para hacérselo mirar ya que en muchos casos, son la semilla de posteriores padecimientos psicológicos.
Os traemos un listado de las más comunes, en lo que a la frecuencia de ocurrencia dentro de la población general se presentan, pero, podría ser cualquier otro pensamiento que sea rígido, falso, es decir cae por su propio peso si lo sometemos a una crítica realista, y que genera mucho malestar.
Distorsiones Cognitivas
- Filtraje: Se toman los detalles negativos y se magnifican mientras que no se ven todos los aspectos positivos de la situación. Una variante más de este tipo de pensamiento distorsionado consiste en magnificar lo malo y minimizar lo bueno.
- Pensamiento polarizado: En este pensamiento se dividen todos los actos y experiencias en sus extremos, en valores absolutos. Se emiten juicios del tipo las cosas son buenas o como malas, blancas o negras, siempre o nunca, éxitos o fracasos sin ver el punto medio o la amplia gama que puede existir entre los dos polos. El problema es que se tiende a acabar en el extremo negativo.
- Sobregeneralización: Se extrae una conclusión general y exagerada de un simple incidente o una parte de evidencia. Si ocurre algo malo en una ocasión esperara que ocurra una y otra vez. Por ejemplo, si se suspende un examen, ya no se va a aprobar jamás.
- Interpretación del pensamiento: O también llamado lectura del pensamiento. Sin mediar palabra, la persona sabe que piensan y/o sienten los demás y por qué se comportan de la forma en que lo hacen. En concreto es capaz de adivinar que sienten los demás respecto a si mismo.
- Visión catastrófica: Se espera el desastre, la catástrofe, lo peor de lo peor… La persona se entera o escucha un problema y empieza a decirse: «Y si…..».
- Personalización: La persona que tiene esta distorsión, cree que todo lo que la gente hace o dice es alguna forma de reacción hacia ella. Se compara con los demás intentando determinar quien es la mejor, la más elegante, si alguien pone una pega, seguro que será por ella/él…
- Falacia de control: Hay 2 posibilidades:
- Falacia del control Externo: Se siente que es el exterior el que lo controla todo, se ve a sí mismo desamparado, como una víctima del destino. Y no asume la responsabilidad de sus propios actos. Es decir, las cosas le pasan, y la persona no tienen ninguna posibilidad de hacer nada por variar las circunstancias.
- Falacia del control Interno: Esta creencia esclaviza a la persona puesto que se carga con un exceso de responsabilidades, se siente responsable del sufrimiento o de la felicidad de aquéllos que le rodean y impidiendo darse cuenta de que cada uno es responsable de su propia vida.
- Falacia de justicia: La persona esta resentida porque piensa que conoce qué es la justicia, pero los demás no están desacuerdo con ella, lo que le genera una gran insatisfacción puesto que es tratada injustamente.
- Culpabilidad: La persona mantiene que los demás son los responsables de su sufrimiento y por tanto culpa a los demás. O por el contrario se culpa a sí mismo de todos los problemas ajenos. Es parecida a la creencia de falacia de control interno.
- Los “Debería” / “Tendría”: La persona posee una lista de normas rígidas sobre cómo debería actuar o sobre lo que tiene o tienen que hacer, tanto ella como los demás. Las personas que trasgreden estas normas le enfadan y también se siente culpable si las viola ella misma.
- La falacia de la recompensa divina: La persona con esta creencia, espera cobrar algún día todo el sacrificio y abnegación. Se resiente cuando se comprueba que la recompensa no llega y dice: «yo que tanto he hecho por ti y tu así me lo pagas». Otro ejemplo sería hacer las cosas “bien” para obtener una recompensa divina. Un ejemplo que nos muestra esta creencia queda reflejada en el dicho popular: “Que Dios te lo pague…”
- Tener razón: Continuamente está en un proceso para probar que sus opiniones y acciones son ciertas y correctas. Es imposible equivocarse y se hará cualquier cosa para demostrar que se tiene razón. Tener razón es más importante para estas personas que mantener unas buenas relaciones.
- Etiquetas globales: Se generalizan una o dos cualidades de un juicio negativo global. Se confunde el actuar con el ser. Si alguien rompe una taza o no llega a resolver un problema, se llega a la conclusión de que es persona es una inútil. Ojo: es de especial importancia no aplicar esta creencia distorsionada extrayendo conclusiones de algún comportamiento aislado en los niños, es decir, es preferible, no etiquetar.
- Falacia del cambio. Una persona espera que los demás cambiaran para seguirle y hacer lo que ella quiera si los influye o camela lo suficiente. Necesita cambiar a la gente por que sus esperanzas de felicidad parecen depender enteramente de ello.
- Razonamiento emocional: Se da por absolutamente verdadero lo que se está sintiendo. Por ejemplo, si alguien piensa que debe sentirse ante una situación de determinada manera, tendrá que sentirse así. Otro ejemplo lo podemos ver cuando una persona se siente como estupida y aburrida, es porque es estúpida y aburrida, o si piensa que en una fiesta debe comportarse tímidamente, se comportará tímidamente y llegará a la conclusión de que es tímida.